HA VUELTO EL SOL
La de los días de lluvia era esa melodía romántica que tanto te gustaba, la del viejo disco que olvidaste en la repisa de tu cuarto; tenías tanta prisa por comerte el mundo… Me acostumbré a escucharla por ser tu preferida, porque todas mis horas eran grises y sosegaba mi dolor, la zozobra por saber dónde, con quién y cómo estarías.
Pero el mundo casi te devora a ti, mi niña.
Ahora ya ni siquiera los días borrascosos ponemos ese disco; está olvidado en el trastero, arrumbado junto a los objetos atesorados en tu adolescencia. Me abrazas, compungida, cuando te lo cuento, pero enseguida sonríes, sonreímos mientras sigues meciendo la cuna, canturreando, bajito, una nana.
FIN