LA SALA ESPERA
Herminia
es asidua del centro de salud y no precisamente por estar enferma, su dolencia
más notable y sin cura posible es la edad, ochenta años que no le pesan tanto
como el otro mal que sufre: la soledad. Ha llegado a la vejez sin permitir que
su amor por Rufino se marchite, idealizado con cada evocación, aunque es
doloroso no tenerle ya ni tener a nadie con quien compartir los recuerdos más
íntimos, nadie que le caliente la cama, que atempere su desamparo.
Por
eso cada tarde acude al ambulatorio; necesita estar rodeada de gente y allí se
siente en la gloria. Herminia va rotando de sala de espera en sala de espera
intentando charlar con unos y otros. Cuando se acomoda en la zona de pediatría
disfruta mucho; le encantan los niños aunque las madres dan poco juego porque suelen
estar pendientes de sus pequeños que corretean, se suben por los asientos,
lloran… A veces le aturde un poco el bullicio que organizan y se cambia de consulta.
Su
preferida suele ser la de enfermería, generalmente frecuentada por pacientes de
edad que, como ella, nunca tienen prisa;
los viejos acuden a tomarse la tensión, a vacunarse, a pedir recetas… Siempre hay
alguien dispuesto a lamentar el incordio que es tomar Sintrón, lo mal que está
de la espalda, que no puede dar un paso con el maldito reúma o lo que cuesta
leer porque las cataratas… Ella propone asuntos superficiales y manidos: cómo
se ha puesto de cara la vida, lo difícil que lo tienen los jóvenes, qué hermosa
está La Esteban, lo delgada que parece Leticia…
El
tiempo también es un tema muy socorrido para iniciar una conversación; Herminia
odia el invierno, un motivo más que la empuja a ir al centro de salud, mantiene
una temperatura grata y ella siempre tiene frío, un frío adherido al corazón
desde que su queridísimo Rufino falleció y dejó la casa desolada, las sábanas
como escarcha… Y es que para Herminia la viudedad es una cuesta abajo que la
empuja a salir para abrigarse con ese mínimo calor humano que encuentra en el
centro de salud, en las salas que la esperan.
FIN