JUSTO CASTIGO
Lo mejor sería ir a por el destornillador- escuchó decir a mamá.
-Las puertas no se abren así como así- gritó papá, y parecía muy enfadado, aporreando en la madera-. Anda, déjate de herramientas y llama a los bomberos, a la policía… Tendrá cara de ángel, pero este crío es un demonio.
¿Mamá estaba llorando? Le dio un poco de pena a Iñaki disgustarla tanto, pero el jarrón era feo, ¡my feo! Y viejo. Y los dragones que tenía pintados le daban susto. Soñaba que querían llevársele volando y morderle.
Iñaki siguió debajo de la cama, jugando con el mechero de papá.
-Como siempre dice que soy un demonio…- rezongó enfurruñado- ¿Y no me ha castigado sin salir de mi habitación? Pues eso.
FIN