Pilar

POR SU PROPIO PESO Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared de la despensa, la hoja con la dieta estuvo metida en el cajón de las facturas. Aunque no la veía, saber que estaba ahí me producía ansiedad. Enmascaraba la angustia con una onza de chocolate, un bollo… Una noche, al volver del cine, sin previo acuerdo mi marido sacó martillo y clavo y yo la hoja con las recomendaciones del dietista. Todavía me ardía la cara de vergüenza al recordar cómo nos quedamos embutidos en la butaca y, al terminar la proyección, entre un amable joven y el acomodador nos desencajaron a puro tirón. FIN
6 Responses
  1. Anónimo Says:

    Resulta dramatico. Desgraciadamente cada vez hay más gente con sobrepeso y es un verdadero problema en el que la fuerza de voluntad juega un papel importantísimo


  2. Ocurre con frecuencia, y hace falta una motivación que te obligue a decir: ¡Hasta aquí hemos llegado!


  3. Arvikis Says:

    Es que en algunos cines y en casi todos los aviones en clase turista, los asientos son muy estrechos, lo importante es vivir sin complejos, a ser posible.
    Javier


  4. Cruz Says:

    Me gusta ese puntito de ironía, ese "reirse" a la desesperada. Indudablemente, sabes escribir, compi.


  5. Federico Says:

    Genial. Es una muestra de como escribir un magnifico relato con muy pocas palabras. Felicidades.


  6. Muy divertido este texto, Pilar. Me he imaginado al joven y el acomodador tirando...jejeje.