ACECHANZA
El hombre luce una inquietante sonrisa mientras cruza la calle apresuradamente. Se acomoda en un banco del parque, el que está frente a los columpios a resguardo de un arbusto con florecillas blancas. Se ajusta los vuelos de la gabardina en torno a las piernas. Se flota las manos mórbidas, como enjabonándoselas.
Ya se escuchan las risas, la algarabía de los niños acercándose. El hombre de la inquietante sonrisa babea y se relame los labios lascivos.
FIN
PRIMERA CONSULTA
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* PRIMERA CONSULTA*
La decisión más difícil que tomé en mi vida fue separarme de ti, aunque lo
hice desde el convencimiento de que sería lo mejor pa...
TAF SE MUEVE: MUSEO ARQUEOLÓGICO
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El calor no impidió que cumpliéramos con la salida cultural del mes. La
cita: Museo Arqueológico, para ver el Egipto de Eduard Toda.
Intelectual, diplom...
Muy bonita descripción para llegar a ese final sugerido, que le da intensidad al microrrelato. Estupendo, Pilar
Un columpio vacío siempre es inquietante. Para mí el final ha sido trágico. Lo siento.
Javier
BUEN TRABAJO, PERO QUE MAL ROLLO
Muy bien Angela. ¡que asqueroso!
Con tan pocas palabras y uno se imagina perfectamente al tipo y sus intenciones.