Pilar
KALIMBA Y Alvarito dio otro bocado, más penetrante aún que el anterior. Pero no le gustó nada nada, y seguía sin comprender porqué la niña nueva de la guardería, que tenía ese nombre tan raro, sabía salada si parecía de chocolate. FIN
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5 Responses
  1. Ángela Says:

    ¡Que tierno! y es que hay cosas que a los niños les parecen tan lógicas. De todos modos, Kalimba está para comersela


  2. Muy bueno el relato y sorprendente. No sé si soy yo pero le veo varias lecturas, Pilar...


  3. Querida Pilar, menuda racha de aciertos literarios llevas. Abrazos


  4. encantada Says:

    Tengo una amiga en Facebook que a sus niñas las llama Chocolatinas por su color. Estoy segura que le encantará leer esto. Me ha gustado mucho.


  5. Arvikis Says:

    Recuerdo cuando era niño una pastelería que estaba llena de negritos de chocolate, con unos espantosos ojos blancos, sentía curiosidad por comerme uno. Pero nunca me decidí. Buen relato.
    Javier